Imagén por J.F. Antonio |
En este mundo de policromías nos
sentimos seguros entre blancos, negros y grises, pero quizá sea porque somos
algo miopes y no apreciamos que hay muchos tonos de blancos, negros y grises
también, este texto surge como intento de un breve reflexión en torno al
poliamor no sólo como categoría sino como experiencia, esto motivado gracias a
un encuentro muy oportuno con un amigo, a quien llamaré “la liebre”.
Habría muchos términos que se
confunden tanto como las relaciones que representan o intentan encajar como
comprensibles en su definiciones estrechas, monogamia, monoandria, poligamia,
poliginia, poliamor, promiscuidad, etc… que no siempre definen relaciones
erótico afectivas estables pero que sí cuestionan la razón del sexo en nuestro
contexto como consumo, comunicación y acto reproductivo.
Vacuidad Explicativa
La monogamia es comprendida si
partimos desde su raíz como una unión exclusiva entre dos seres, por lo general
más asociada a la imagen heteronormativa de la pareja pero realmente el término
podría ser aplicado a cualquier forma de PAREJA. Sin embargo en nuestro
contexto social descubrimos una interesante combinación que tiende a prevalecer
pese a que las nociones heteronormativas dicen privilegiar la monogamia legal,
(en Colombia lo llaman según una acepción religiosa, matrimonio), pero en
general descubrimos que las mujeres han sido históricamente monoandricas
mientras nuestros hombres han sido históricamente poligínicos, de hecho la
educación privilegia esta organización con nociones sobre el cuerpo y el
género.
Pero claro esto es muy
heterosexual, dirán, sin embargo y a riesgo de equivocarme, sería una hipótesis
de por qué aun en los universos enormes de la diversidad sexual, erótica,
afectiva y sexuada, seguimos repitiendo modelos, tendiendo las mujeres a ser
más monoginicas y los hombres a ser más poliándricos, entendiendo lo primero
como una relación exclusiva con una mujer y lo segundo como una relación con
más de un hombre. ¿Pueden las mujeres ser poliginicas y/o poliándricas?
¿Pueden los hombres ser poligínicos y/o
poliándricos? Si.
Ahora la posibilidad de la
poligamia y monogamia es una realidad, vista en algunas sociedades y demarcada
de muchas maneras: en la nuestra permite que el corrector ortográfico le ponga
tildes a algunas palabras y a otras no ¿Se han preguntado por qué? Ahora
tomemos un ejemplo bíblico, una relación como la de Abraham, Sara y Agar, resumiendo,
Sara esposa de Abraham según su parecer, para dar el hijo prometido por Dios,
entrega a su esclava Agar a su esposo, quien quedara embarazada confirmando la
masculinidad de Abraham y que la estéril es Sara, para el relato luego eso será
importante pero yo solo quiero que se cuestionen sobre algo…
¿Se han preguntado por qué este
relato y por que esta costumbre? Desde aquí parte la noción de la “correcta
monogamia” para varias de las religiones que tienen como central este relato y
de la “indeseable poligamia”, pero lo que quiero resaltar ahora es ¿ustedes
creen que en el contexto cultural en que yacía Sara, hubiera podido proponer
una idea que no tuviera un gran arraigo cultural y más en esta situación? Así
no se mencione muy a menudo, los “servicios” que prestaron los esclavos en
muchas sociedades también fueron de carácter sexual.
Es claro que la concepción fue
cambiando en el pueblo Judío, quizás por la presencia de esas mujeres que
ofrecían servicios sexuales como parte de su sacerdocio en las llamadas
religiones paganas y en general porque los paganos eran más “desinhibidos” con respecto a su sexualidad, o asi son
pintados, pero para la época de Jesús donde todavía las mujeres seguían siendo
una propiedad, de las muchas veces que cuestionaron a Jesús los Fariseos y
Maestros de la ley, una se me vino a la cabeza Mc 12, 18-25, donde nos exponen
como una mujer se casa sucesivamente con unos hermanos al morir cada uno y
porque existía el deber de dar un hijo…
18 Unos saduceos fueron a ver a Jesús y,
como no creían que los muertos pueden volver a vivir, le preguntaron:
19 —Maestro, Moisés escribió que, si un
hombre muere sin tener hijos con su esposa, el hermano de ese hombre debe
casarse con esa mujer y tener hijos con ella. De acuerdo con la ley, esos hijos
son del hermano muerto y llevan su nombre.
20 »Pues bien, aquí vivían siete hermanos.
El mayor se casó, y tiempo después murió sin tener hijos. 21 Entonces el segundo hermano se casó con la mujer que dejó el
mayor, pero al poco tiempo también él murió sin tener hijos. Con el tercer
hermano pasó lo mismo. 22 Y así pasó
con los siete hermanos. Finalmente, murió la mujer.
23 »Ahora bien, cuando Dios haga que todos
los muertos vuelvan a vivir, ¿de quién será esposa esta mujer, si estuvo casada
con los siete?
24 Jesús les contestó:
—Ustedes están equivocados. No saben lo
que dice la Biblia, ni conocen el poder de Dios. 25 Cuando Dios haga que los muertos vuelvan a vivir, nadie se va a
casar, porque todos serán como los ángeles del cielo.
La trampa a la noción de la
resurrección consiste en la prohibición de la poliandria y especialmente de la
noción de la mujer como una cosa, las cosas no pueden tener personas, menos a
siete hombres, ¿o como harían los hermanos para decidir de quién es propiedad
la mujer? Lo que deja claro el texto es que esto es un asunto que compete como
problema a quienes no creen en la resurrección, a quienes no tienen una
concepción específica. Más adelante por eso me pregunto qué tan cristiano es el
poliamor, pero aun no llegamos allá.
Al revisar el Atlas Etnográfico
de George Peter Murdock se encuentra que existe tanto la poliginia como la
poliandria, siendo más persistente la primera, es decir, no es un
comportamiento no habitual en nuestra especie y que al confrontar con las
versiones de monogamia existentes desde un aspecto legalista en occidente,
quizás se perciban como no tan usuales, pero en el aspecto práctico el amplio
mercado sexual destinado más para consumidores que consumidoras especialmente
en la pornografia, juguetes sexuales y exhibición de productos “afeminados”
(representados cómo y con mujeres o elementos ligados a lo que se considera
atractivo y femenino) o para hipersexualizar a las mujeres, demuestra que la
poliginia está más avalada de lo que las leyes y ritos aseveran.
¿Poliandria y Poliginia Capitalista?
Hasta este momento verán como he
cuestionado que las relaciones erótico afectivas sean siempre exclusivas, aun
si uno de los miembros se declara “monogámico”; también he redundado entre
“monos” y binomios, dejando un poco oculto “lo bi” y “lo poli”, pero entendamos
que estos términos apenas dan cuenta realmente de las diversidad de relaciones
erótico afectivas humanas, por eso quiero retornar a un trío de cosas ya expuestas que matizan
el sexo en nuestro contexto( que no necesariamente son las únicas), estas
son: el consumo, la comunicación y el
acto reproductivo.
Las relaciones económicas
actuales son capaces de convertir cualquier cosa en un producto, una cosa
consumible, por eso el sexo, las personas y las relaciones erótico afectivas no
están a salvo si es que las quisiéramos a salvo ¿en este contexto, cómo es una
relación erótico afectiva poligámica y una monogámica? Me atreveré a decir que
aquí es donde mi amiga la liebre se sitúa como la mayoría de mis conocidos sin
importar su relación conmigo, entre las representaciones idealizadas,
consumibles, de las relaciones erótico afectivas de la monogamia (idealizadas),
y el consumo poligámico de cuerpos cosificados que se presenta como lo no
deseable y más practicado.
Cuando se piensa en poligamia, no
se piensa que esta de una vez cosifique[1]
a los sujetos, esta desde su raíz supone el contrato social de un individuo con
varios, por lo menos este contrato debería suponer ciertos compromisos que no
tienen los “encuentros casuales” de carácter sexual a los que por lo general se
les define como promiscuidad sexual, el lio es que hay una alta connotación
negativa en este último término y da por sentado cosas que no han sido
suficientemente estudiadas.
Sin cifras, estudios sociales y
con tan sólo la posibilidad de percibir unas prácticas contextuales, seguirá
siendo una hipótesis, donde categorias como promiscuidad y poliamor prosiguen
diluidas en una difusa nube, pero en un contexto como este, es claro que la
poligamia será diferenciada de la poliandria o la poliginia, por ser
comprendidas estas últimas como consumo de cuerpos cosificados en el sistema de
mercado actual y no suponer un mínimo de compromisos, rituales y normas que
serían propios de la poligamia.
Cabe entonces la pregunta ¿qué es
el poliamor? Y aquí tendremos un problema porque nociones de amor hay muchas,
que diferencian la pasión junto a otros elementos y aunque todas plantean
diferentes formas de entrega e intercambio, en general le apuestan a que esta
relación erótico afectiva sea estable como esa misma entrega e intercambio.
También es claro que define una posibilidad no institucionalizada porque la
poligamia legalmente no existe como tal, en el mejor de los casos existe como
la suma de varias relaciones monógamas, no hay contratos poligámicos.
Por supuesto el amor también es
un producto que consumimos y es representado en su mayoría de veces como algo
privilegiadamente monogámico, heterosexual y patriarcal, rescatar el poliamor
implica entonces una primera reivindicación de ese intercambio y entrega
erótico afectivos y sexo afectivos más allá de los binomios que venían
gobernando este texto y nuestra sociedad, pero desde esta perspectiva la
poligamia y el poliamor no son lo mismo, pues por lo menos se consumen algunos
bienes diferentes y/o significados de manera diferente.
Esto no quiere decir que de
antemano el poliamor sea “subversivo” a estos imaginarios, hay muchas maneras
como estas relaciones se construyen y un estado previo a la legalidad de la
poligamia es el poliamor, pero no son dependientes absolutos. También es
importante aclarar que la poliandria y la poliginia siendo necesarios para la
existencia del poliamor, no lo implican como la única forma de ser de la
poliandria o poliginia, como siempre aunque nos dejemos llenar de
singularidades, estamos llenos de plurales, es decir, existen realmente
poliandrias, poliginias, polígamias, etc…
[1] Cosificar no es por mi entendida como una
reificación, le usó en sentido de reducir a un bien de consumo, en este sentido
no es la categoría que es naturalizada, sino la cosa, el ser, etc.. que es
reducido a objeto de intercambio, intercambio mediado por categorías reificadas.
Los Hijos de Cristo
No nos embolatemos más, que esta
es una reflexión breve... otros dos elementos he identificado que desde mi
perspectiva matizan el sexo y por lo tanto las relaciones erótico afectivas, el
problemático tema de la reproducción, bandera cristiana por excelencia (desde teologías excluyentes),
con la que se pretende desvirtuar las relaciones erótico afectivas entre
personas que pertenecen a un mismo Sistema Sexo-Género,o que lo han transitado;
y la comunicación, que trataré luego.
El argumento de que la
reproducción es importante, por un asunto de supervivencia en nuestra especie (según esas miradas
excluyentes), que están más que en la penumbra de la ignorancia, es evidente
que nuestro mayor problema reproductivo no es nuestra falta de hacerlo sino
cómo lo hacemos y la cada vez mayor escasez de recursos que implica nuestra
creciente población mundial. Sin embargo no olviden como muchas de estas
creencias proscriben el conocimiento del cuerpo y la sexualiadad, o promueven métodos
“anticonceptivos” ineficientes ¿Qué objetivo hay detrás de la ignorancia y la producción desmedida de
personas?
Pero tanto interés en la
reproducción no es un asunto meramente biológico, también es de interés
sociocultural donde los estados nación, las culturas y los grupos humanos se
reproducen, no solo generando progenie, sino herederos de sus propiedades, sus
bienes no sólo materiales, sino también conservando prácticas e imaginarios,
cosa que hizo más fácil de domesticar a la monogamia. Y más en sociedades
patriarcales donde los varones heredan estos bienes con cierta primacía
evidente en el falogocentrismo presente en la historia humana de los “occidentales”.
En ese sentido la poliandria se vuelve
importante como una contramarea encausada por lo imaginarios
falogocentricos para la invención de la supremacía masculina.
Es claro que en el contexto
actual, un exceso de mano de obra ha permitido abaratar costos en personal,
inversión social y otras calidades
ofrecidas en su labor a los trabajadores, también permite que haya un búsqueda más
desesperada de significados y sentido, de control sobre las muchas cosas que no
se controlan, de desfogue de la frustración y allí, los mejores capitalizadores
de esta miseria, son las diferentes instituciones religiosas o sistemas de
creencias organizados.
Pero los grupos humanos poligámicos lo son en su mayoría poligínicos, por lo que
la supremacía del hombre de antemano ya propone unos posibles imaginarios
falogocentricos que avalen la poliginia. Pero lo importante es que igual se
logra la reproducción biológica y
sociocultural, así como la conservación de bienes, en este sentido al igual que
la monogamia, la poligamia no siempre ha tenido como impulsor el amor entre sus
participantes ¿por qué entonces prevalece la monogamia? Bueno, quizás porque
sigue siendo invisibilizada la poliandria, evitando que las personas que lo
son, lo reconozcan conscientemente, o porque la poliginia se convierte en una
práctica solapada y ejercida en secreto, o porque parece más rentable la
monogamia, etc… solo son hipótesis.
La primera vez que experimente
que era polígamo, poliándrico para ser más exacto, experimente un enamoramiento
hacia dos sujetos diferentes con quienes mantuve una relación a la par por un
corto tiempo, lo más pesado de esta experiencia fue la imposibilidad de
comunicarles este doble enamoramiento por temor a ser dejado, la sensación de
que era malo por todo, que no era posible tener esas emociones, y que ambos sujetos me satisfacían pero no
por las mismas razones.
La segunda fue cuando en medio de
una relación abierta me enamore de otra persona también, para ser más sincero
me había enamorado primero de este otro
sujeto, pero primero se consolidó la relación abierta que luego terminaría. Yo
continuaría con esta persona hasta el momento en que básicamente se dieron
muchas razones para terminar, estaba la lejanía que creaban muchos asuntos,
entre ellos la necesidad propia de que la relación se convirtiera en abierta.
Después de eso llegaron conceptos y categorías, vivencias de otras personas y
el BDSM.
Y por extraño que parezca este viaje
es donde entendí, en pleno, esa faceta del sexo como comunicación pero también
del poliamor como el que implica compromisos, preocupación por el otro y
acuerdos estructurados de manera compleja que no son necesariamente importantes
en una relación ocasional a la que acudirán muchos “consumidores de cuerpos”,
que podrían ser poliándricos o poligínicos. Por supuesto la poliandria y
poliginia la pienso dentro de las relaciones de este sistema productivo y por
lo tanto matizado por nuestros contextos, por lo que sería interesante
adentrarse en la investigación no solo en nuestra cultura sino en otras.
Pero como digo no es más que una
lluvia de hipótesis, por ahora los
estudios no dan cuenta de muchas de las preguntas que hago y más dentro de un
marco homoerótico, así que prosigamos al aspecto comunicacional del sexo, este
es evidente en especies como los bonobos (chimpancés pigmeos) donde sirve para aliviar las tensiones
sociales y en el ser humano donde el sexo alivia vacíos sociales, puede ser un
escape a la monotonía, consolida alianzas, comunica sentimientos, poder, etc…
pensar en el sexo como un acto meramente genital y reproductivo sólo minimiza
lo importante que es para nuestra especie.
Hoy yo mismo podría caracterizar
mi experiencia de acuerdo a la calidad, cantidad y expectativas en mis relaciones sexuales que además contrasta
fuertemente (por no decir lo poco que corresponden), con las categorías con las
que me hubiera identificado en ese momento, por supuesto parto desde el momento
en que mi libido se eleva…
TABLA 1: VIDA SEXUAL ACTIVA
Categoría
|
Calidad
|
Cantidad
|
Expectativas
|
Monoandrico
|
Periodo
de aprendizaje
|
Muchos
encuentros sexuales.
Predominio
del sexting o trobofilia[2]
|
Poca
selectividad, urgencia de experiencias, predominio de arquetipos
|
Monogámico
|
Exploración
afectiva,
descubrimento
de mi sapiosexualidad,
fidelidad
como sinónimo de monogamia.
|
Predominancia
de periodos monoandricos cuando estaba en pareja y encuentros sexuales más
distanciados cuando estaba sin pareja.
|
Amor
romántico,
vida
en pareja,
urgencia
de relaciones erótico afectivas estables. Mayor importancia de la genitalidad
,
|
Poliamoroso
|
Descubrimiento
de los intercambios eróticos del poder, poco interés en sacrificar mi
tranquilidad personal, nuevo periodo de aprendizaje.
|
Altísima
selectividad, poco interés por el sexo convencional.
|
Aprender
y practicar,
escepticismo
romántico,
especificidad
en lo esperado de una relación erótico afectiva estable.
|
Revisada esta tabla, es claro que
la categoría poco correspondió a los hechos reales que acontecieron en mi vida
y que sólo recientemente empecé a cuestionarme fuertemente sobre la coherencia
de estos procesos, pero cada uno de estos periodos me enseñó que el sexo
comunica diferentes cosas y que llevado con responsabilidad e inteligencia te
permite asumir a los seres humanos de otra manera.
Desde mis primeros encuentros
sexuales donde aprendí o explore sensaciones, algunas prácticas y empecé a
chocar mis expectativas con la realidad, hasta el día de hoy donde muchas de
esas prácticas se tornan aburridas, encuentro que el sexo es una manera de
comunicarle respeto, cariño y valor a una persona, descubrimiento,
autodescubrimiento, emociones, etc.,
tanto como puedes usar a una persona como si fuera un consolador con
todo un juego performativo al que raramente le damos la vuelta, para obtener
más que un “encuentro de sexo casual” (cosificación al fin), pero eso se
aprende lentamente, tanto como se va redescubriendo uno.
Pero el uso de la sexualidad con
trasfondos diferentes a los meramente reproductivos, pasionales y orgásmicos
tiene más de un relato en la historia y la mitología humana, ejemplos clásicos
los encontramos en historias como la de Sansón y Dalila, Cleopatra y Marco
Antonio, Las Mil y Una noches, Zeus y sus infidelidades… en estos relatos la
sexualidad es expresada como seducción pero el alcance es más profundo, la
sexualidad es una forma de política, es una forma de economía, una forma d gobierno, etc., ¿acaso por eso le tememos tanto? Finalmente un régimen sexual como el
patriarcado no podría existir sin sexualidad o por lo menos su propia versión
de ella.
Si entonces mi hipótesis es que
la sexualidad no es mala en si como plantean muchos, que son sexualidades, que
estas además pueden ser utilizadas como mecanismo de cosificación o de
comunicación, entre otras posibilidades, que su fin no es meramente
reproductivo sino que es una herramienta, una habilidad que podemos dimensionar
a niveles que no queremos asumir… les estaré sonando muy hippie; ideas, ideas
tan solo ideas que no son del todo nuevas o quizás solo son nuevas en mi vida.
Como sea, considero importante
decir que dentro de los paralenguajes posibles, la sexualidad humana es la
forma más compleja de ellos, que de proponernos estimular positivamente con
ella, podremos generar cambios que quizás no se generan por esa imposibilidad
de autoconocimiento que genera haber vetado este y otros aspectos de nuestra
propia humanidad. Pero esto es una hipótesis…
El Cristianismo Cuestiona
¿Qué debemos preguntarnos y qué
no? ¿tengo un tono moralizante en mi percepción de lo que llamo cosificación?
Las preguntas pueden ser angustiantes pero no debemos temer hacerlas o tenerlas
(estoy seguro que alguien más lo debe haber pensado pero valga la redundancia,
es la mejor manera de comenzar este párrafo), como sea me es necesario por las
variadas cuerdas que me mueven…
Algo que ha enriquecido mi fe
particularmente son los conocimientos de quienes no creen, no están interesados
en religión o solo quieren hacer ciencia, no podría explicar por qué o más bien
el cómo, pues finalmente creo que me aportan son preguntas… preguntas que tarde o temprano me hago y hago
a Dios. Y luego término con estas breves reflexiones jejje.
Y he tenido preguntas que con
miedo me he hecho, pero finalmente me las hago, como lo cristiano de mi
sexualidad, de hecho llevo 10 años preguntándome sobre este aspecto para el
momento que escribo este texto, no me da miedo mover mis columnas pero tampoco
diré que es fácil, de esas cadenas si no encuentro ningún placer y menos libertad, paz o felicidad, no se
trata de preguntar sin sentido sino buscando el sentido más que el mismo
significado.
Lo primero que uno dice muchas
veces cuando explica el poliamor es: “no estoy buscando más de una relación
erótica afectiva pero puede pasarme”; esto sí quizás no has tomado la decisión
de vivirlo así, como digo hay más de un matiz posible en un color… por supuesto
hay cierto interés en mitigar el inmediato rechazo que implica pensar que el
poliamor es una manera elegante de llamar a la promiscuidad o que monogamia y
fidelidad son sinónimos, usuales ideas con las que se prejuicia el poliamor,
pero que de antemano requieren ser pensadas si te acercas a un poliamoroso sin
prejuicios.
¿Es el poliamor cristiano? En mi
caso no es una excusa para cosificar personas, el sexo casual lentamente ha
dejado de interesarme en favor de prácticas que requieren mayor atención sobre
la persona y que no necesariamente son genitales. Pero esto no puede ser una
condición previa para responder esta pregunta a favor del poliamor, pues como
todo lo que somos, el cómo lo llevamos en verdad determina su valor moral, lo
ejemplifico, la caridad no es buena cuando se vuelve asistencialismo, si te has
comprometido con una relación monogámica pero eres poliándrico más que una
falta de lógica, hay una de coherencia contigo mismo y con quien te hayas
comprometido quizás muchas otras cosas que no evaluaría como constructivas.
No sé si vuelva a estar enamorado
de más de una persona a la vez, pero una de
las razones por las que estoy solo, es porque decidí ser sincero y soy
muy bueno matando la ilusión de aquellos que creen que esto se me pasará, me
recuerdan a mi madre cuando un mes después de que habíamos hablado de que
encantaban los hombres, al recordárselo me dijo: -yo pensé que se le había
pasado (o algo así). La mejor manera de ser sin querer decir que eso debe ser
así, es ir por la vida construyendo relaciones sinceras contigo, con los demás
y con Dios.
Sobre el tema tengo unas
intuiciones nacidas del trato que tuvo Dios con Agar, creo que eso fue una
poliginia mal llevada por el conjunto de miembros, tengo claro que no es un
tema importante para Dios, en el sentido en que se percibe que lo cultural
tiende a ser pasajero, es como un: ¿ustedes se preocupan por formas pasajeras
sin entender que todo eso no corresponde sino a su estado actual de ser?
Seremos como ángeles, pero bueno, nadie sabe cómo son los ángeles o mejor cuál
es su naturaleza más allá de las propuestas que hacen los sistemas de creencias
de estos seres desde sus mitemas.
Por supuesto la pregunta sigue y,
si en el camino nos pasa de nuevo, será el cuándo para resolverla pero mientras
tanto no me dejaré condenar por quienes no viviendo lo que me ha tocado
proscriben sin conocer lo que nos ha tocado caminar y más en Cristo, más a
quienes no somos como ellos y sus normas ideales y seguras ¿Ser poliamoroso es
cristiano? no sé, pero es humano, lo que sí puedo hacer, es vivirlo atento y
según lo que Dios quiera de mi vida.
Conclusión
Esta pequeña lluvia de ideas deja
claro que no tengo claro muchas cosas, es cierto, pero que también el tema de
la multiplicidad en muchos aspectos de la vida social aún están en plena
exploración y más en poblaciones históricamente marginadas, así estas, estén
dentro de un contexto “occidental”. Pero en un contexto donde aún se discute
retrógradamente cosas como que si somos
aptos para adoptar por solo nuestra sexualidad, o que si tenemos dones (bueno
por lo menos tenemos alma y no somos hijos de Caín, o de algún asesino de
Jesús)[3],
que si la homosexualidad es una enfermedad, que si hay dos hombres en una
familia ¿a quién llamará mamá el niño?.... pendejadas dignas de un país de
impunidades como el nuestro… bueno quizás no sólo de nuestro país… como sea, no
me sorprende que la discusión esté muy lejos de darse aún. En conclusión
seguiré bailando solo, bueno si la liebre no se anima, o cualquier bicho de
esta multitud queer.
Joseph Alain Gii
José Ramiro Velásquez Guavita
Josue3475
[3] Es sátira, no
fueron menos degradantes esas visiones y mas políticas que ahora, justificando
desmanes que no traeré a colación..