martes, 17 de febrero de 2015

¿Cómo son los Zapatos de la Liebre?

Imagén por J.F. Antonio

En este mundo de policromías nos sentimos seguros entre blancos, negros y grises, pero quizá sea porque somos algo miopes y no apreciamos que hay muchos tonos de blancos, negros y grises también, este texto surge como intento de un breve reflexión en torno al poliamor no sólo como categoría sino como experiencia, esto motivado gracias a un encuentro muy oportuno con un amigo, a quien llamaré “la liebre”.

Habría muchos términos que se confunden tanto como las relaciones que representan o intentan encajar como comprensibles en su definiciones estrechas, monogamia, monoandria, poligamia, poliginia, poliamor, promiscuidad, etc… que no siempre definen relaciones erótico afectivas estables pero que sí cuestionan la razón del sexo en nuestro contexto como consumo, comunicación y acto reproductivo.




Vacuidad Explicativa


La monogamia es comprendida si partimos desde su raíz como una unión exclusiva entre dos seres, por lo general más asociada a la imagen heteronormativa de la pareja pero realmente el término podría ser aplicado a cualquier forma de PAREJA. Sin embargo en nuestro contexto social descubrimos una interesante combinación que tiende a prevalecer pese a que las nociones heteronormativas dicen privilegiar la monogamia legal, (en Colombia lo llaman según una acepción religiosa, matrimonio), pero en general descubrimos que las mujeres han sido históricamente monoandricas mientras nuestros hombres han sido históricamente poligínicos, de hecho la educación privilegia esta organización con nociones sobre el cuerpo y el género.

Pero claro esto es muy heterosexual, dirán, sin embargo y a riesgo de equivocarme, sería una hipótesis de por qué aun en los universos enormes de la diversidad sexual, erótica, afectiva y sexuada, seguimos repitiendo modelos, tendiendo las mujeres a ser más monoginicas y los hombres a ser más poliándricos, entendiendo lo primero como una relación exclusiva con una mujer y lo segundo como una relación con más de un hombre. ¿Pueden las mujeres ser poliginicas y/o poliándricas? ¿Pueden  los hombres ser poligínicos y/o poliándricos? Si.

Ahora la posibilidad de la poligamia y monogamia es una realidad, vista en algunas sociedades y demarcada de muchas maneras: en la nuestra permite que el corrector ortográfico le ponga tildes a algunas palabras y a otras no ¿Se han preguntado por qué? Ahora tomemos un ejemplo bíblico, una relación como la de Abraham, Sara y Agar, resumiendo, Sara esposa de Abraham según su parecer, para dar el hijo prometido por Dios, entrega a su esclava Agar a su esposo, quien quedara embarazada confirmando la masculinidad de Abraham y que la estéril es Sara, para el relato luego eso será importante pero yo solo quiero que se cuestionen sobre algo…

¿Se han preguntado por qué este relato y por que esta costumbre? Desde aquí parte la noción de la “correcta monogamia” para varias de las religiones que tienen como central este relato y de la “indeseable poligamia”, pero lo que quiero resaltar ahora es ¿ustedes creen que en el contexto cultural en que yacía Sara, hubiera podido proponer una idea que no tuviera un gran arraigo cultural y más en esta situación? Así no se mencione muy a menudo, los “servicios” que prestaron los esclavos en muchas sociedades también fueron de carácter sexual.

Es claro que la concepción fue cambiando en el pueblo Judío, quizás por la presencia de esas mujeres que ofrecían servicios sexuales como parte de su sacerdocio en las llamadas religiones paganas y en general porque los paganos eran más “desinhibidos”  con respecto a su sexualidad, o asi son pintados, pero para la época de Jesús donde todavía las mujeres seguían siendo una propiedad, de las muchas veces que cuestionaron a Jesús los Fariseos y Maestros de la ley, una se me vino a la cabeza Mc 12, 18-25, donde nos exponen como una mujer se casa sucesivamente con unos hermanos al morir cada uno y porque existía el deber de dar un hijo…

18 Unos saduceos fueron a ver a Jesús y, como no creían que los muertos pueden volver a vivir, le preguntaron:
19 —Maestro, Moisés escribió que, si un hombre muere sin tener hijos con su esposa, el hermano de ese hombre debe casarse con esa mujer y tener hijos con ella. De acuerdo con la ley, esos hijos son del hermano muerto y llevan su nombre.
20 »Pues bien, aquí vivían siete hermanos. El mayor se casó, y tiempo después murió sin tener hijos. 21 Entonces el segundo hermano se casó con la mujer que dejó el mayor, pero al poco tiempo también él murió sin tener hijos. Con el tercer hermano pasó lo mismo. 22 Y así pasó con los siete hermanos. Finalmente, murió la mujer.
23 »Ahora bien, cuando Dios haga que todos los muertos vuelvan a vivir, ¿de quién será esposa esta mujer, si estuvo casada con los siete?
24 Jesús les contestó:
—Ustedes están equivocados. No saben lo que dice la Biblia, ni conocen el poder de Dios. 25 Cuando Dios haga que los muertos vuelvan a vivir, nadie se va a casar, porque todos serán como los ángeles del cielo.

La trampa a la noción de la resurrección consiste en la prohibición de la poliandria y especialmente de la noción de la mujer como una cosa, las cosas no pueden tener personas, menos a siete hombres, ¿o como harían los hermanos para decidir de quién es propiedad la mujer? Lo que deja claro el texto es que esto es un asunto que compete como problema a quienes no creen en la resurrección, a quienes no tienen una concepción específica. Más adelante por eso me pregunto qué tan cristiano es el poliamor, pero aun no llegamos allá.

Al revisar el Atlas Etnográfico de George Peter Murdock se encuentra que existe tanto la poliginia como la poliandria, siendo más persistente la primera, es decir, no es un comportamiento no habitual en nuestra especie y que al confrontar con las versiones de monogamia existentes desde un aspecto legalista en occidente, quizás se perciban como no tan usuales, pero en el aspecto práctico el amplio mercado sexual destinado más para consumidores que consumidoras especialmente en la pornografia, juguetes sexuales y exhibición de productos “afeminados” (representados cómo y con mujeres o elementos ligados a lo que se considera atractivo y femenino) o para hipersexualizar a las mujeres, demuestra que la poliginia está más avalada de lo que las leyes y ritos aseveran.



¿Poliandria y Poliginia Capitalista?


Hasta este momento verán como he cuestionado que las relaciones erótico afectivas sean siempre exclusivas, aun si uno de los miembros se declara “monogámico”; también he redundado entre “monos” y binomios, dejando un poco oculto “lo bi” y “lo poli”, pero entendamos que estos términos apenas dan cuenta realmente de las diversidad de relaciones erótico afectivas humanas, por eso quiero retornar  a un trío de cosas ya expuestas que matizan el sexo en nuestro contexto( que no necesariamente son las únicas), estas son:  el consumo, la comunicación y el acto reproductivo.

Las relaciones económicas actuales son capaces de convertir cualquier cosa en un producto, una cosa consumible, por eso el sexo, las personas y las relaciones erótico afectivas no están a salvo si es que las quisiéramos a salvo ¿en este contexto, cómo es una relación erótico afectiva poligámica y una monogámica? Me atreveré a decir que aquí es donde mi amiga la liebre se sitúa como la mayoría de mis conocidos sin importar su relación conmigo, entre las representaciones idealizadas, consumibles, de las relaciones erótico afectivas de la monogamia (idealizadas), y el consumo poligámico de cuerpos cosificados que se presenta como lo no deseable  y más practicado.

Cuando se piensa en poligamia, no se piensa que esta de una vez cosifique[1] a los sujetos, esta desde su raíz supone el contrato social de un individuo con varios, por lo menos este contrato debería suponer ciertos compromisos que no tienen los “encuentros casuales” de carácter sexual a los que por lo general se les define como promiscuidad sexual, el lio es que hay una alta connotación negativa en este último término y da por sentado cosas que no han sido suficientemente estudiadas.

Sin cifras, estudios sociales y con tan sólo la posibilidad de percibir unas prácticas contextuales, seguirá siendo una hipótesis, donde categorias como promiscuidad y poliamor prosiguen diluidas en una difusa nube, pero en un contexto como este, es claro que la poligamia será diferenciada de la poliandria o la poliginia, por ser comprendidas estas últimas como consumo de cuerpos cosificados en el sistema de mercado actual y no suponer un mínimo de compromisos, rituales y normas que serían propios de la poligamia.

Cabe entonces la pregunta ¿qué es el poliamor? Y aquí tendremos un problema porque nociones de amor hay muchas, que diferencian la pasión junto a otros elementos y aunque todas plantean diferentes formas de entrega e intercambio, en general le apuestan a que esta relación erótico afectiva sea estable como esa misma entrega e intercambio. También es claro que define una posibilidad no institucionalizada porque la poligamia legalmente no existe como tal, en el mejor de los casos existe como la suma de varias relaciones monógamas, no hay contratos poligámicos.

Por supuesto el amor también es un producto que consumimos y es representado en su mayoría de veces como algo privilegiadamente monogámico, heterosexual y patriarcal, rescatar el poliamor implica entonces una primera reivindicación de ese intercambio y entrega erótico afectivos y sexo afectivos más allá de los binomios que venían gobernando este texto y nuestra sociedad, pero desde esta perspectiva la poligamia y el poliamor no son lo mismo, pues por lo menos se consumen algunos bienes diferentes y/o significados de manera diferente.

Esto no quiere decir que de antemano el poliamor sea “subversivo” a estos imaginarios, hay muchas maneras como estas relaciones se construyen y un estado previo a la legalidad de la poligamia es el poliamor, pero no son dependientes absolutos. También es importante aclarar que la poliandria y la poliginia siendo necesarios para la existencia del poliamor, no lo implican como la única forma de ser de la poliandria o poliginia, como siempre aunque nos dejemos llenar de singularidades, estamos llenos de plurales, es decir, existen realmente poliandrias, poliginias, polígamias, etc…


[1] Cosificar no es por mi entendida como una reificación, le usó en sentido de reducir a un bien de consumo, en este sentido no es la categoría que es naturalizada, sino la cosa, el ser, etc.. que es reducido a objeto de intercambio, intercambio mediado por categorías reificadas.


Los Hijos de Cristo


No nos embolatemos más, que esta es una reflexión breve... otros dos elementos he identificado que desde mi perspectiva matizan el sexo y por lo tanto las relaciones erótico afectivas, el problemático tema de la reproducción, bandera cristiana  por excelencia (desde teologías excluyentes), con la que se pretende desvirtuar las relaciones erótico afectivas entre personas que pertenecen a un mismo Sistema Sexo-Género,o que lo han transitado; y la comunicación, que trataré luego.

El argumento de que la reproducción es importante, por un asunto de supervivencia  en nuestra especie (según esas miradas excluyentes), que están más que en la penumbra de la ignorancia, es evidente que nuestro mayor problema reproductivo no es nuestra falta de hacerlo sino cómo lo hacemos y la cada vez mayor escasez de recursos que implica nuestra creciente población mundial. Sin embargo no olviden como muchas de estas creencias proscriben el conocimiento del cuerpo y la sexualiadad, o promueven métodos “anticonceptivos” ineficientes ¿Qué objetivo hay detrás de  la ignorancia y la producción desmedida de personas?

Pero tanto interés en la reproducción no es un asunto meramente biológico, también es de interés sociocultural donde los estados nación, las culturas y los grupos humanos se reproducen, no solo generando progenie, sino herederos de sus propiedades, sus bienes no sólo materiales, sino también conservando prácticas e imaginarios, cosa que hizo más fácil de domesticar a la monogamia. Y más en sociedades patriarcales donde los varones heredan estos bienes con cierta primacía evidente en el falogocentrismo presente en la historia humana de los “occidentales”. En ese sentido la poliandria se vuelve  importante como una contramarea encausada por lo imaginarios falogocentricos para la invención de la supremacía masculina.

Es claro que en el contexto actual, un exceso de mano de obra ha permitido abaratar costos en personal, inversión social  y otras calidades ofrecidas en su labor a los trabajadores, también permite que haya un búsqueda más desesperada de significados y sentido, de control sobre las muchas cosas que no se controlan, de desfogue de la frustración y allí, los mejores capitalizadores de esta miseria, son las diferentes instituciones religiosas o sistemas de creencias organizados.

Pero los grupos humanos poligámicos  lo son en su mayoría poligínicos, por lo que la supremacía del hombre de antemano ya propone unos posibles imaginarios falogocentricos que avalen la poliginia. Pero lo importante es que igual se logra  la reproducción biológica y sociocultural, así como la conservación de bienes, en este sentido al igual que la monogamia, la poligamia no siempre ha tenido como impulsor el amor entre sus participantes ¿por qué entonces prevalece la monogamia? Bueno, quizás porque sigue siendo invisibilizada la poliandria, evitando que las personas que lo son, lo reconozcan conscientemente, o porque la poliginia se convierte en una práctica solapada y ejercida en secreto, o porque parece más rentable la monogamia, etc… solo son hipótesis.

La primera vez que experimente que era polígamo, poliándrico para ser más exacto, experimente un enamoramiento hacia dos sujetos diferentes con quienes mantuve una relación a la par por un corto tiempo, lo más pesado de esta experiencia fue la imposibilidad de comunicarles este doble enamoramiento por temor a ser dejado, la sensación de que era malo por todo, que no era posible tener esas emociones,  y que ambos sujetos me satisfacían pero no por las mismas razones.

La segunda fue cuando en medio de una relación abierta me enamore de otra persona también, para ser más sincero me había enamorado primero  de este otro sujeto, pero primero se consolidó la relación abierta que luego terminaría. Yo continuaría con esta persona hasta el momento en que básicamente se dieron muchas razones para terminar, estaba la lejanía que creaban muchos asuntos, entre ellos la necesidad propia de que la relación se convirtiera en abierta. Después de eso llegaron conceptos y categorías, vivencias de otras personas y el BDSM.

Y por extraño que parezca este viaje es donde entendí, en pleno, esa faceta del sexo como comunicación pero también del poliamor como el que implica compromisos, preocupación por el otro y acuerdos estructurados de manera compleja que no son necesariamente importantes en una relación ocasional a la que acudirán muchos “consumidores de cuerpos”, que podrían ser poliándricos o poligínicos. Por supuesto la poliandria y poliginia la pienso dentro de las relaciones de este sistema productivo y por lo tanto matizado por nuestros contextos, por lo que sería interesante adentrarse en la investigación no solo en nuestra cultura sino en otras.

Pero como digo no es más que una lluvia de  hipótesis, por ahora los estudios no dan cuenta de muchas de las preguntas que hago y más dentro de un marco homoerótico, así que prosigamos al aspecto comunicacional del sexo, este es evidente en especies como los bonobos (chimpancés pigmeos)  donde sirve para aliviar las tensiones sociales y en el ser humano donde el sexo alivia vacíos sociales, puede ser un escape a la monotonía, consolida alianzas, comunica sentimientos, poder, etc… pensar en el sexo como un acto meramente genital y reproductivo sólo minimiza lo importante que es para nuestra especie.

Hoy yo mismo podría caracterizar mi experiencia de acuerdo a la calidad, cantidad y expectativas en mis  relaciones sexuales que además contrasta fuertemente (por no decir lo poco que corresponden), con las categorías con las que me hubiera identificado en ese momento, por supuesto parto desde el momento en que mi libido se eleva…

TABLA 1: VIDA SEXUAL ACTIVA

Categoría
Calidad
Cantidad
Expectativas
Monoandrico
Periodo de aprendizaje
Muchos encuentros sexuales.
Predominio del sexting o trobofilia[2]
Poca selectividad, urgencia de experiencias, predominio de arquetipos
Monogámico
Exploración afectiva,
descubrimento de mi sapiosexualidad,
fidelidad como sinónimo de monogamia.
Predominancia de periodos monoandricos cuando estaba en pareja y encuentros sexuales más distanciados cuando estaba sin pareja.
Amor romántico,
vida en pareja,
urgencia de relaciones erótico afectivas estables. Mayor importancia de la genitalidad
,
Poliamoroso
Descubrimiento de los intercambios eróticos del poder, poco interés en sacrificar mi tranquilidad personal, nuevo periodo de aprendizaje.
Altísima selectividad, poco interés por el sexo convencional.
Aprender y practicar,
escepticismo romántico,
especificidad en lo esperado de una relación erótico afectiva estable.



Revisada esta tabla, es claro que la categoría poco correspondió a los hechos reales que acontecieron en mi vida y que sólo recientemente empecé a cuestionarme fuertemente sobre la coherencia de estos procesos, pero cada uno de estos periodos me enseñó que el sexo comunica diferentes cosas y que llevado con responsabilidad e inteligencia te permite asumir a los seres humanos de otra manera.

Desde mis primeros encuentros sexuales donde aprendí o explore sensaciones, algunas prácticas y empecé a chocar mis expectativas con la realidad, hasta el día de hoy donde muchas de esas prácticas se tornan aburridas, encuentro que el sexo es una manera de comunicarle respeto, cariño y valor a una persona, descubrimiento, autodescubrimiento, emociones, etc.,  tanto como puedes usar a una persona como si fuera un consolador con todo un juego performativo al que raramente le damos la vuelta, para obtener más que un “encuentro de sexo casual” (cosificación al fin), pero eso se aprende lentamente, tanto como se va redescubriendo uno.

Pero el uso de la sexualidad con trasfondos diferentes a los meramente reproductivos, pasionales y orgásmicos tiene más de un relato en la historia y la mitología humana, ejemplos clásicos los encontramos en historias como la de Sansón y Dalila, Cleopatra y Marco Antonio, Las Mil y Una noches, Zeus y sus infidelidades… en estos relatos la sexualidad es expresada como seducción pero el alcance es más profundo, la sexualidad es una forma de política, es una forma de economía,  una forma d gobierno, etc.,  ¿acaso por eso le tememos tanto?  Finalmente un régimen sexual como el patriarcado no podría existir sin sexualidad o por lo menos su propia versión de ella.

Si entonces mi hipótesis es que la sexualidad no es mala en si como plantean muchos, que son sexualidades, que estas además pueden ser utilizadas como mecanismo de cosificación o de comunicación, entre otras posibilidades, que su fin no es meramente reproductivo sino que es una herramienta, una habilidad que podemos dimensionar a niveles que no queremos asumir… les estaré sonando muy hippie; ideas, ideas tan solo ideas que no son del todo nuevas o quizás solo son nuevas en mi vida.

Como sea, considero importante decir que dentro de los paralenguajes posibles, la sexualidad humana es la forma más compleja de ellos, que de proponernos estimular positivamente con ella, podremos generar cambios que quizás no se generan por esa imposibilidad de autoconocimiento que genera haber vetado este y otros aspectos de nuestra propia humanidad. Pero esto es una hipótesis…


[2] Refiere al sexo de caricias que exploran cuerpos desnudos, que rozan, se abrazan y apretan...


El Cristianismo Cuestiona


¿Qué debemos preguntarnos y qué no? ¿tengo un tono moralizante en mi percepción de lo que llamo cosificación? Las preguntas pueden ser angustiantes pero no debemos temer hacerlas o tenerlas (estoy seguro que alguien más lo debe haber pensado pero valga la redundancia, es la mejor manera de comenzar este párrafo), como sea me es necesario por las variadas cuerdas que me mueven…
Algo que ha enriquecido mi fe particularmente son los conocimientos de quienes no creen, no están interesados en religión o solo quieren hacer ciencia, no podría explicar por qué o más bien el cómo, pues finalmente creo que me aportan son preguntas…  preguntas que tarde o temprano me hago y hago a Dios. Y luego término con estas breves reflexiones jejje.

Y he tenido preguntas que con miedo me he hecho, pero finalmente me las hago, como lo cristiano de mi sexualidad, de hecho llevo 10 años preguntándome sobre este aspecto para el momento que escribo este texto, no me da miedo mover mis columnas pero tampoco diré que es fácil, de esas cadenas si no encuentro ningún placer  y menos libertad, paz o felicidad, no se trata de preguntar sin sentido sino buscando el sentido más que el mismo significado.

Lo primero que uno dice muchas veces cuando explica el poliamor es: “no estoy buscando más de una relación erótica afectiva pero puede pasarme”; esto sí quizás no has tomado la decisión de vivirlo así, como digo hay más de un matiz posible en un color… por supuesto hay cierto interés en mitigar el inmediato rechazo que implica pensar que el poliamor es una manera elegante de llamar a la promiscuidad o que monogamia y fidelidad son sinónimos, usuales ideas con las que se prejuicia el poliamor, pero que de antemano requieren ser pensadas si te acercas a un poliamoroso sin prejuicios.

¿Es el poliamor cristiano? En mi caso no es una excusa para cosificar personas, el sexo casual lentamente ha dejado de interesarme en favor de prácticas que requieren mayor atención sobre la persona y que no necesariamente son genitales. Pero esto no puede ser una condición previa para responder esta pregunta a favor del poliamor, pues como todo lo que somos, el cómo lo llevamos en verdad determina su valor moral, lo ejemplifico, la caridad no es buena cuando se vuelve asistencialismo, si te has comprometido con una relación monogámica pero eres poliándrico más que una falta de lógica, hay una de coherencia contigo mismo y con quien te hayas comprometido quizás muchas otras cosas que no evaluaría como constructivas.

No sé si vuelva a estar enamorado de más de una persona a la vez, pero una de  las razones por las que estoy solo, es porque decidí ser sincero y soy muy bueno matando la ilusión de aquellos que creen que esto se me pasará, me recuerdan a mi madre cuando un mes después de que habíamos hablado de que encantaban los hombres, al recordárselo me dijo: -yo pensé que se le había pasado (o algo así). La mejor manera de ser sin querer decir que eso debe ser así, es ir por la vida construyendo relaciones sinceras contigo, con los demás y con Dios.

Sobre el tema tengo unas intuiciones nacidas del trato que tuvo Dios con Agar, creo que eso fue una poliginia mal llevada por el conjunto de miembros, tengo claro que no es un tema importante para Dios, en el sentido en que se percibe que lo cultural tiende a ser pasajero, es como un: ¿ustedes se preocupan por formas pasajeras sin entender que todo eso no corresponde sino a su estado actual de ser? Seremos como ángeles, pero bueno, nadie sabe cómo son los ángeles o mejor cuál es su naturaleza más allá de las propuestas que hacen los sistemas de creencias de estos seres desde sus mitemas.

Por supuesto la pregunta sigue y, si en el camino nos pasa de nuevo, será el cuándo para resolverla pero mientras tanto no me dejaré condenar por quienes no viviendo lo que me ha tocado proscriben sin conocer lo que nos ha tocado caminar y más en Cristo, más a quienes no somos como ellos y sus normas ideales y seguras ¿Ser poliamoroso es cristiano? no sé, pero es humano, lo que sí puedo hacer, es vivirlo atento y según lo que Dios quiera de mi vida. 


Conclusión


Esta pequeña lluvia de ideas deja claro que no tengo claro muchas cosas, es cierto, pero que también el tema de la multiplicidad en muchos aspectos de la vida social aún están en plena exploración y más en poblaciones históricamente marginadas, así estas, estén dentro de un contexto “occidental”. Pero en un contexto donde aún se discute retrógradamente cosas como  que si somos aptos para adoptar por solo nuestra sexualidad, o que si tenemos dones (bueno por lo menos tenemos alma y no somos hijos de Caín, o de algún asesino de Jesús)[3], que si la homosexualidad es una enfermedad, que si hay dos hombres en una familia ¿a quién llamará mamá el niño?.... pendejadas dignas de un país de impunidades como el nuestro… bueno quizás no sólo de nuestro país… como sea, no me sorprende que la discusión esté muy lejos de darse aún. En conclusión seguiré bailando solo, bueno si la liebre no se anima, o cualquier bicho de esta multitud queer.


Joseph Alain Gii
José Ramiro Velásquez Guavita
Josue3475


[3]  Es sátira, no fueron menos degradantes esas visiones y mas políticas que ahora, justificando desmanes que no traeré a colación..



FALSA MORAL CON IMAGENES DE LATTER DAYS