Quizás much@s, como yo
hemos tenido la angustia ante las divisiones y las formas de liderazgo que los
seres humanos construimos, por las almas nuestras y de nuestr@s herman@s;
recientemente al hablar con un amigo llegue a materializar unos pensamientos
que quiero compartir con respecto a este tema, por eso quiero agradecer a este
amigo porque sigue siendo un buen instrumento de Dios. Un abrazo en Cristo para
él.
Como dije estas angustias
las compartimos muchas veces en la vida en Cristo, en mi caso se fue
resolviendo cuando surgió en la creencia de que no importase cuanto el ser
humano intentara negar a Dios, negar su actuar, negar ese fin teleológico de la
historia humana a través de cualquier acto, todo eso era vano, el pecado no
hiere a Dios, solo destruye al ser humano.
Con el tiempo y varias
experiencias descubrí mucho mas, no porque sea nuevo, solo era novedoso para mi,
esto se resume en que hoy en día tengo una plena confianza en un Dios que descubrí
que si le abren una raja, una ventana o una puerta por ahí entra y trabaja, mas
allá de los impedimentos y limitaciones humanas.
Muchas personas que han demostrado
eso, que Dios contempla lo hermoso de nosotr@s y con eso trabaja, mas allá de
cualquier división... el sigue obrando. La primera vez que recuerdo claramente
esa experiencia fue con mi amiga Abi, con ella tuvimos una ruptura donde yo
abiertamente me rendí a creer que Dios no podría obrar en ella, pero Dios no
solo sano esa herida poniéndonos en el mismo lugar, el grupo de oración Bart Mithza
sino que con el tiempo la he visto crecer, eso sí a su propio ritmo, porque
Dios no obliga pero aprovecha las ocasiones en que nuestro corazón está
dispuesto a Él, para hacernos mejores.
Una experiencia ampliada
de esto, la viví con el acercamiento a hermanos de otras tradiciones cristianas,
desde una mirada centrada en la propia iglesia, las demás no dejan de tener
imperfecciones y esto parece ser una constante sin importar donde te ubiques,
es decir a que tradición acudas. Pero tuve la suerte de descubrir varias cosas,
primero, que Dios obraba en todas, todes y todos, solo necesitaba un corazón dispuesto
y ya; Segundo, que como en mi vida y en la de mi amiga, obraba según la
disposición personal de cada quien y en sí de la comunidad, que ese era limite
de Dios, pero porque así lo quería él.
Tercero, quizás por ser antropólogo
o porque era evidente ajjaja, note que en esa relación de la comunidad como
iglesia surgían particularidades, ante las cuales la afinidad de las personas influye
determinantemente para lograr integrarse a la comunidad y sus dinámicas propias;
así vi en la raíces protestantes cosas que los católicos no alcanzamos, pero
también a la inversa que había cosas que los católicos tenían y los
protestantes no, esto opera con cualquier tradición cristiana, de ahí surge que
las llame tradiciones cristianas, porque tienen sus modelos, prácticas,
creencias y otros que las hacen especificas, como su experiencia de Dios.
Con el tiempo he visto que
ese descuartizado Cuerpo de Cristo, no está dividido por Dios sino por lo
inexorablemente particular y diverso que es el ser humano, pero esto no es malo
pues permite reconocer cosas de Dios, el infinito y eterno, que uno solo de
estos contenedores no podría, por lo limitado de nuestras posibilidades. Si,
diversos y limitados, vaya contraste humano.
A Dios esto le permite
revelarse de maneras tan diferentes y a la vez coherentes con lo que voy a llamar
su esencia (no me gusta aplicar palabras como natural, naturaleza, etc.), para
el no implica un problema sino una oportunidad de una relación más personal con
cada ser humano como sujeto particular y social que es. No quiero a entrar a filosofar
mucho jajaja.
Pero les aseguro que Dios obra
en la vida de todas las personas que están o han estado en cualquier iglesia o
comunidad de vida que haya existido o vaya existir… si encuentra un corazón
dispuesto el obrara. Ese es el factor Dios. Una actitud de Él, en obrar donde
quiere y como quiere respetando la libertad humana y disposición para que
obremos según su voluntad.
Por eso lo más importante
es estar dispuesto a entregar a Dios lo que el quiera, como Abraham el hijo
amado, como Moisés una vida de tranquilidad, dejar nuestro manto como Elías, ir
a donde quiera Él como a cualquier otro profeta le toco, abandonarse a la voluntad
como María, dejar tu vida como los Apóstoles, decir lo que incomoda como le toco
a Juan y perder la vida como Él mismo lo hizo, con todo lo que significa
realmente.
Mi invitación personal es entonces que desde ahora no te fijes en
la iglesia, ni la comunidad del vecino, a ese amalo, ora por él y pide a Dios
que disponga esos corazones para que por sobre todo se realice su voluntad, la
de Dios; dedícate a crecer tú y hacer de ti un CRISTO VIVO. El verdadero
templo de Dios eres tú. ¿A qué estás dispuesto? Se propiedad de Dios.
Josue3475 Xue Eclisse