Se termina el año, llego el 21 de
diciembre y ni se acabó el mundo, ni se acabó nuestra especie; llegada la
navidad solo queda esperar nuevas cosas para el próximo año o quizás esperar al
2060, a que se acabe el mundo para no tener que cambiar el mundo por nuestras propias manos, sino dejar que alguna fuerza natural, espiritual, física o biológica lo haga por nosotr@s.
Es paradójico, hemos sido la
principal fuerza de transformación de nuestro planeta en el corto tiempo que
llevamos aquí, pero nos hemos resignado a no transformar nuestras vidas y modo
actual de vida, estamos atrapados en una jaula de oro de la que no queremos
salir y te preguntaras ¿por qué hoy
despotrico de estas zonas de comodidad humana…?
No voy a decir nada más, este
mensaje navideño quiere y espera que el Señor Jesucristo haya nacido en sus
corazones porque estos se encuentran dispuestos como aquel pesebre para recibir
al mejor de los huéspedes, para que cercano el nuevo año, sea Dios quien obre
en sus vidas según su voluntad y transforme su existencia más allá, de lo que mi
limitada noción de bien o la limitada noción de bien de ustedes o la de cualquier
religión que indica como bien una u otra cosa… mi invitación es a que dejen a Dios hacer lo que a Él
le plazca con sus vidas, nada más… FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO.