Apatía, ese es el mal con
que recientemente me encuentro cada día,
pero este mal se funda en la falta de caridad y la falta de caridad no aparece
sola, emerge en nuestro mundo sembrada por no solo la avaricia y el materialismo,
de lo que no necesito dar ejemplos, son fáciles de detectar a diario; también surgen
de ese negocio que haces para nunca perder, de la mentira y la explotación de
la compasión, de la imposibilidad de ayudar cuando queremos por no poseer los
medios materiales, de aprovechar el papayazo, el querer todo sin esfuerzo y de
no poder decir: “me equivoque”.
Es extraño, este texto
surge de mis vivencias actuales, en el negocio de mis padrinos, mientras lo
tengo en “arriendo” y gracias a l@s much@s client@s y circunstancias que han traído,
podre ilustrarles a que me refiero…
Empecemos pues por la mentira, evidente en las muchas
personas que pasan pidiendo porque se les murió alguien, no tienen para el
pasaje, tienen la fundación, son desplazados… al final son tantas las razones o
es tanta la miseria que aunque fuera verdad no podrías ayudar a tod@s l@s que pasan,
pero lento te empiezas a insensibilizar, cuando descubres que estas historias
se turnan en un mismo individuo, o que les pasa muy a menudo, demasiado. ¿O que
tal las personas que dicen que no les contestaron y si lo hicieron?
Para hablar de la explotación de la compasión solo diré
que podría retomar estos ejemplos pero tomare otros, como el que ayer vi, del
señor de los desayunos caídos, sorpresa, un hombre que deja caer su bandeja y
arma su drama para que la gente le ayude con dinero, o la de los niños que
vienen con solo cierta cantidad de plata buscando rebajas, cuando no se las he
dado, sorpresa, sacan el resto del dinero o más ¿será que sus madres o padres
les dicen: vayan donde el vecino que él les rebaja?
Pero si creen que eso solo
pasa a nivel de personas, no, las empresas son aún más terribles pues
aprovechan su pequeño poderío e infraestructura para aprovecharse de sus
clientes, me pasa ahora con los operadores de ventas de tarjetas del SITP que
tras hacernos cobros injustificados no quieren mandar el paz y salvo, o del
operador de recargas que tras haber presentado un error en su equipo que evito
el cobro de un dinero, me lo están cobrando, claro ellos son los maestros en
hacer ese negocio que haces para nunca
perder, pero las personas también saben hacerlos.
Y es que en mi país cualquier
oportunidad de salirse con la de uno debe ser aprovechada, sin importar el
compromiso moral que implique aprovechar este “papayazo”, medimos quien pude más
así al aprovechar el papayazo, la
oportunidad que se dé según nuestros intereses, algo así como el tratado de
libre comercio… jejje. Porque siempre habrá alguien más empoderado que te pueda
aplastar.
¿Me
equivoco? Si, ningún discurso es acertado por completo, ninguna persona
lo puede ser, por eso la falacia de la infabilidad papal, ni que fuéramos Dios,
mientras estemos en este mundo siempre nos equivocaremos en mayor y menor
medida, es parte de ser humanos ¿se han preguntado si ese verdadero hombre se equivocó?
Yo sí, no me molestan las preguntas inconvenientes, menos sobre la naturaleza de
Dios porque estas pasan a segundo plano cuando tienes una relación con Él.
Equivocarse da miedo, pero
da pánico decir: “me equivoque”. Son muchas las veces en que me ha pasado, sea
porque diste unos vueltos mal, porque lo que pensé que era no era, porque dije
algo que no era, hice algo que no debí hacer, etc… sí, me cuestiono mucho mi
actuar constantemente para no perder a Dios. ¿Qué pensaron? ¿Qué no iba a hacer
mi propio acto de conciencia en esto? Soy bastante crítico, pero no hay critica
que no surja y me la haga a mi primero, cuestionar es vivir para mí.
Y si de cuestionar algo, deberíamos
cuestionar el asistencialismo, ¿Cuánto debemos dar para conseguir algo? ¿Cuánto
debemos recibir gratuito? No es fácil medirse ni medirlo, aquí cerca está la
señora que recibe subsidios del estado y tiene un garaje como negocio, están
los desplazados, indígenas y otras poblaciones que lo necesitan, tanto como pueden
habituarse a ello, están quienes quieren que les regalen su educación así se
esfuercen o no. Una parte de nosotr@s quiere
todo sin esfuerzo y otra encuentra gusto en el trabajo, como sea desde
ambas situaciones nos empoderamos y al final logramos cosas, su calidad, permanecía
y cantidad se las dejo a su juicio.
Y en contraste, que duro
es cuando queremos ayudar y no podemos,
no porque no hayas hecho nada sino porque todo lo hecho es vano; porque todo lo
que se te ocurre hacer no puedes hacerlo; porque hay una condición especifica
que limita la posibilidad de ayudar… si ayudar es fluir, no poderlo hacer, es estancarse…
y cuando estas estancado es hora de cambiar tu camino porque salvo que seas un
torrente arrasador esas rocas no se moverán, y si lo fueras, seguro serás un
agua tan destructiva que igual perderás la compasión.
Pero el mismo hecho de no poder es tan grande como
herramienta insensibilizadora que el poder mucho, al final se arma el alma de cicatrices
de dolor que la acorazan contra otras situaciones similares y entonces si no
sanas, ya no se permea el prójimo, nose te mete en el corazón, ya no existe si
quiera.
Somos seres extraños
cuando podemos (me refiero a estar empoderados desde algo o en algo), no
dudamos en arrasar, pero cuando no, esperamos misericordia, si nosotr@s como
seres hemos desde ese empoderamiento
decidido así sobre otras personas y aun sobre otros seres a partir de ese
empoderamiento ¿Con qué argumentos enfrentaríamos a quien estando más empoderado
que nosotr@s lo hace y nos lastima? Fuera otros más poderosos, fueran ángeles o
extraterrestres, o Dios, dioses, fueran otros de nuestra misma especie ¿Qué diremos?
Nuestros actos avalaron ya ese comportamiento.
Y lo que quiero decir es
que actuar contra la compasión a partir de estos actos que he traído a colación
y aun este “ficcional” párrafo anterior, va en detrimento de nuestra propia
pervivencia, pues en la compasión y la misericordia es que podemos entender
porque un Dios se hace hombre y nos salva, por lo menos a los cristianos, pero
a quienes no creen o creen otras cosas díganme ¿no habrá otro poderoso que los
pueda aplastar?
¿Por qué no apretar el
botón y extinguir a la humanidad? Por suerte nuestra morales son tan diversas
como cada sujeto en nuestra especie, al final del día no dejan de pasar cosas
que te dicen aún tenemos esperanzas, porque en verdad somos malos, esta
esperanza surge del chico que dona sus 50 pesos, de los avisos a posibles peligros
de los vecinos, de la colaboración entre alumnos y maestros, del almuerzo que
no es obligación darlo, de la tranquilidad del techo así sea arrendado…
Me corrijo el ser humano
tiene el potencial de usar sus capacidades para el bien común, la construcción
y la protección no solo suya sino de otras especies, del planeta en que habita
con todo lo que hay; hemos cambiado este mundo como ninguna otra fuerza
engendrada en el mismo ¿Para qué vamos a seguir usando nuestro potencial?
Josue3475
Joseph
Alain Gii
José
Ramiro Velásquez Guavita