viernes, 22 de julio de 2011

UN INSTRUMENTO NO GARANTIZA LA SALVACIÓN


UN INSTRUMENTO NO GARANTIZA LA SALVACIÓN

Espero este sea un corto comentario (que no este muy enredado), que aclare mi posición frente no solo al libro que llamamos Biblia, sino ante muchos rituales, otros tantos libros, pinturas, esculturas, canciones y un sin número de elementos con lo que mediamos nuestra relación con Dios. Surge en el marco de un comentario hecho en el blog (que cito aquí y no lo público hasta hoy), como respuesta a lo que considero es una confusión en cuanto a cómo se interpreto lo escrito por mi sobre y especialmente los texto bíblicos.


“Hola. La Biblia es Palabra de Dios y por eso es también Misericordia, no es incompatible, de hecho, la Palabra, se hizo carne en nuestra Mamá maría y es la Misericordia misma. Gracias.

Por Theo en FELIZ NAVIDAD 2010: ¿Qué es la biblia para mí? del 7/01/11”

Lo primero que debo aclarar es que mi relación con la Biblia no es conflictiva, de hecho, por este medio mi relación con Dios se desarrollo mejor, tengo este instrumento en la más alta estima y esta trasciende a lo inexplicable en la Homilía. Mi primer regalo y prueba de ser escuchado por Dios sucedió alrededor de estos legados y experiencias judeocristianas, aconteció hace unos 18 años según recuerdo y fue algo así…

Por ese entonces me encontraba participando en un grupo de oración Católico de corte Carismático, llamado Fe, Amor y Esperanza; salíamos con mi madre de una de las habituales reuniones, cuando el sacerdote encargado de esa parroquia en construcción, oferto la Biblia, 10.000 mil pesos colombianos costaba, pero debo ser sincero y decir que no los tenía. En mi surgió una tímida oración, sencilla y sin muchas palabras que pedía recibir ese regalo y la esperanza que la siguiente semana no solo tuviera la plata sino también la oportunidad, pues eran pocas según había dicho el padre.

Al salir a la calle recuerdo el olor de unas empanadas que vendían para ayudar con la construcción del templo, desviaron mi apetito y atención, sin embargo tampoco tenía para comprarla, nuestro presupuesto era lo del bus, nada más. Así nos despedimos de mis primos y primas, no sin antes comentarle el deseo que tenía de comprar la Biblia en la próxima ocasión porque no tenía plata en ese instante.

Aclaremos algo más sobre esa situación, provengo de una familia muy grande donde mi abuela tuvo doce hijos vivos, la edad de estos primos es casi la misma de mi madre, siempre hemos sido distantes un tanto por la cotidianidad y otro por los silencios, fue una bendición que Dios los escogiera a ellos para llamarnos y mas, que algunos y algunas, hayamos respondido. Así, mi primo fue y sin advertirlo nosotros, volvió y me regalo la Biblia. ¡Ah! y nos gastaron empanada.

“Dios habla hoy”, fue la versión, que me entrego el Señor ese día, tal cual su titulo fue una promesa cumplida, nunca dejo de hablarme a través de ella y cumplir sus promesas, este fue el medio por el cual me volví una persona orante y ella me enseño las dichas de los contemplativos, siempre fue la empanada deseada.

Pero Dios no te regala algo para que seas ingenuo, desde siempre me interpelo también con los contextos e interpretaciones, con la forma como esta biblia misma ya estaba distribuida me enseño que no todos ni todas leemos el mismo texto, o los mismos textos, pronto al entrar en dialogo con otros cristianos aprendí como interpretarla podía dar para todo, aprendí pasajes para justificar mi fe, mi iglesia, a la mamá de Cristo, y aprendí no solo los pasajes sino como interpretarlos y hasta mi crisis de fe por el 2001 o 2002, todo marcho bien.

Fui lector, al que formaban para esa labor, aprendí oraciones que aún conservo no solo en mi corazón sino en mi memoria, y textos que me indican cómo vivir y los ideales a cumplir para llegar al cielo, en fin fueron muchas las riquezas y destrezas. Pero, esto me sirvió para entender lo frágil y humano que también es este canon de libros, lo expuesto que esta a nuestras luchas de poder, de conocimiento, de sentido y significado, etc., por lo que también he atestiguado como este instrumento ha sido utilizado para la satisfacción de los más bajos fines.

Y ahí es donde surgieron reflexiones importantes como: que el texto bíblico no está terminado pues carece de experiencias y vivencias que otros que siguen a Cristo han construido a lo largo de estos años. Que Cristo dijo que él era la palabra y no la Biblia. Que este texto es inútil si no te lleva a una profunda y verdadera fe, esperanza y amor. Y que todo lo bíblico se confirma en nuestra vida o muere en ella, siendo el fruto real de una vida en Cristo no el que te sepas la Biblia, sino que hayas vivido lo que de Dios otros descubrieron.

Ahora te lanzo una pregunta ¿Puede ser tu vida un libro más del canon bíblico? Por eso he querido que mi reflexión vaya mas no al tema de la diversidad sexual y la diversidad de género, más bien a como las vives… y entonces te repito ¿Puede ser tu vida un libro más del canon bíblico? Y no porque lo decide un papa o un ministro, o cualquiera...

Ante los ojos de Dios ¿Puede ser tu vida un libro más del canon bíblico?


Att.


Josue3475 Xue Eclisse


Pds: Gracias Theo por la inspiración




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