Miseria… ¿qué es verdaderamente?
Estamos en un mundo complejo donde irremediablemente parece que nuestros
esfuerzos sirven a un sistema; la realización personal, el bien al prójimo y nuestra
relación con la naturaleza se embolatan en un trajín diario que no va para ningún
lado.
La caridad se hizo beneficencia,
excusa y motor de la miseria… beneficencia, porque tan solo es una manera de aminorar
el descontento social que puede significar la concentración de la riqueza
material en indigentes espirituales, sin ofrecer cambios reales… excusa, porque
aliviana las conciencias de quienes poseen demasiado haciéndoles ver como los
grandes filántropos cuando tan solo están liberando su vida de cargas innecesarias
y culpas… motor de la miseria, porque las personas empiezan a negociar desde
sus carencias victimizándose y haciéndose dependientes, así entregan su
libertad por unas pocas monedas de oro o de plata.
Por eso la mujer que dio de lo que tenía frente al altar dio más, porque es verdaderamente difícil desprenderse de lo que necesitamos, por eso también ninguna filantropía por ser buena, implica ser cristiana, tan solo porque él que da no siempre da de lo que no tiene. Pero es bueno, porque permite una reacomodación de los recursos disponibles, porque redistribuye de manera más adecuada los bienes materiales y a veces simbólicos, y así evita que este sistema colapse por la patética preocupación y cosificación del otro que en el mismo está inmersa.
Por eso la mujer que dio de lo que tenía frente al altar dio más, porque es verdaderamente difícil desprenderse de lo que necesitamos, por eso también ninguna filantropía por ser buena, implica ser cristiana, tan solo porque él que da no siempre da de lo que no tiene. Pero es bueno, porque permite una reacomodación de los recursos disponibles, porque redistribuye de manera más adecuada los bienes materiales y a veces simbólicos, y así evita que este sistema colapse por la patética preocupación y cosificación del otro que en el mismo está inmersa.
Y digo otro, porque este sistema
no reconoce la alteridad, porque solo desde la otredad se construyen objetos,
objetos de mercado en este caso… ¿Y cómo escapamos? Por lo abrazadora que se ha
vuelto esta flama es mejor tener solo lo que necesitamos y a pesar de que hay unas
necesidades comunes, también es bueno saber que las otras, creadas, culturales,
emocionales, etc., no serán satisfechas por tod@s igual.
Y desde ahí nace el problema de
la acumulación ¿Cuánto necesitas para llenar el vacío? Con Cristo los vacíos se
reducen al mínimo y entonces es mínimo lo que necesitamos, mas será mucho lo
que necesites en esas áreas donde Cristo no habite o habite menos. Y no crean
que me agrada decir esto, mi humano pelea contra esta idea, pero sé que es la
correcta… al final hasta yo no dudo en esgrimir las armas para proteger estas
propiedades simbólicas, materiales, etc…
Pelea, porque darse duele y de la
roca no emana el agua sin abrirse camino, como coleccionista de juguetes se los
digo, nada más sin sentido que tener juguetes a los 36 años, pero eso llena
algo en mí y no siempre son vacíos oscuros y negros, porque estas necesidades también
alimentan, por ejemplo en mi caso al niño, la ternura y creatividad, que me permiten
ser titiritero, escribir y soñar.
Aun así aprendí a moderar mi
extraña necesidad y parece que en todos los sentidos debemos aprender a moderar
esas necesidades, si necesito y pido mucho me hago daño, si no también, si
quiero algo debo tener cuidado con que tanto es mío para no cortar las alas de
lo amado, deseado o querido. ¿Cuánto y cómo? Solo Dios te concede ese
discernimiento. Aunque hay personas con ese don, otr@s debemos aprenderlo. Hay
cosas en donde lo sabemos hacer, hay otras que son un reto.
Sin embargo será un reto, porque
es mucho lo que podemos acumular, desde quienes guarden tristezas o rencores en
sus corazones y mentes, hasta aquellos que tienen enormes mansiones, pero la marcación
de la miseria no son los bienes materiales, aunque que difícil será para un
rico entrar al reino de los cielos, pero que hacer si la puerta al cielo es del
tamaño del ojo de una aguja.
Y sin quererme extender demasiado
solo responderé una pregunta ¿Dar de lo que tengo me sirve de algo? No sé si
quieras ser cristiano pero por lo menos puedes ser un buen ser humano, en los
justos Dios también haya santidad, solo no lo hagas porque así te ganaras el
cielo, hazlo por lo menos para lograr que tu especie sobreviva, hazlo porque te
duele el dolor ajeno, hazlo sin mirar a quien ni esperando se te compense. Quizás
así sirva. En la intención del corazón está la bendición.
Un ejemplo, por eso diezmar no
sirve, ni dar limosna, ambas cosas tiene como objeto mantener un espacio, unos equipamientos,
etc., que son para tu beneficio también, ya estas recibiendo a cambio; mas esto
lo cambia la intención del corazón y es ahí cuando se revierte en otras cosas
muy buenas en tu vida, no solo materiales.
Mi consejo trata de tener lo que
necesitas y modera tus necesidades, mucha oración y ayuno ayudan.
Joseph
Alain Gii
José Ramiro Velásquez
G.
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