sábado, 25 de febrero de 2012

“MI CUERPO ES MI TERRITORIO”


Mirada que Desnuda
Un asunto perturba mi alma, una inescrutable excusa que olvida la regla importante que enuncio como titulo de esta reflexión, se nos ha enseñado a los hombres a mirar con lascivia, deseo descarado,  lujuria publica y animo de posesión de  la cosa vista, pero es gracioso cuando estos ojos adiestrados no miran para cosificar una mujer sino a otro hombre, entonces se despiertan los grandes temores patriarcales y el hombre observado se siente agraviado.
Si, le tiemblan las piernas, su virilidad se esconde para conformar una vagina, sobran los colores de su rostro que al cabo de un rato se fusionan en blanco, entonces la agresión debe proteger su territorio, ese que no podía ser invadido, la violencia se expresa y así se recupera la hombría, porque aquella mirada tiene el potencial de desnudar y apropiar el cuerpo que mira.
Mujer y Familia
Conocí a una mujer cuya hija dijo ser abusada, hecho que no se pudo comprobar pues aquella niña a imitación de su madre, tiene una relación dependiente con su novio violador. Durante años ha visto como su madre es humillada, ultrajada y violentada por su esposo abusador, además ella ha reforzado esta imagen contándole como fue violada y utilizada como objeto por otros hombres cercanos a su familia, y guardo silencio. No es la única que tampoco lo vivió en su familia, pero las mujeres sobre esto saben guardar el secreto, pues terrible si la honra de los hombres es mancillada, la culpa no seria del violador, fueron ellas que en su inocencia e ignorancia sobre estos temas, debían saber prevenirlos.
Y es que cuando ocurren estos hechos, la mujer no solo se vuelve culpable sino incitadora, se escucharan frases como: “eso pasa por darle alas”, “ella se lo estaba buscando”, “como ya no es virgen”, “yo no le creo”, “conociéndola” “era el novio”, “era el esposo”, “ella es violenta”, “ella es puta”, etc., todas ellas aprobando el acto violento por el cual fueron cosificadas. Temen entonces no solo denunciar los hechos sino que además cargan con la culpa que les impone la sociedad, mientras ellos podrán con su acoso perseguirle sin fin.
Los seres humanos asumen dinámicas destructivas donde esta regla tan importante que puse como titulo no solo no se cumple, sino que hombres y mujeres hacen todo lo posible por mantener en manos de unos, la posesión histórica del cuerpo de la mujer, ningún acto  justifica la invasión violenta de ningún cuerpo, ni que se culpe a ese cuerpo por incitar tan solo por existir. Si un hombre saliese en pantaloncillos, en un short o sin camiseta, y fuera violado, no se diría que estaba incitando, a lo que tendrá que temer es a ser llamado mujer, a ser feminizado.


Mujer y Cuerpo
¿Y cuando el cuerpo violentado de la mujer se vuelve madre por ese hecho? Dura es la carga que tienen ellas, por esa maternidad su cuerpo fue despojado, la norma que enuncia el título de esta reflexión, es anulada en nombre de un bien común definido hábilmente como necesidad, la reproducción. Bien lo dicen las feministas, ellas son  incubadoras, empleadas o  fetiches, pero olvidamos que son seres humanos y solo están al servicio de los hombres.
¿Y entonces el aborto? Dos dimensiones se cruzan inexorablemente, así a las mujeres que siendo cristianas les acontece, la exigencia de imitar el sacrificio de su Dios por la humanidad, les impone no acabar con esa vida, pero a las no cristianas se les impone esta norma no solo volviendo a violar su cuerpo sino ahora su libertad de pensamiento, creencias y albedrio.
Pues bien es cierto que a una mujer cristiana le tocara más duro, pues idealmente tendrá que desplazar ese dolor por amor, inexorablemente su llamado es amar y no destruir una vida que inocente de su origen existe, le exigirá una respuesta de amor, por ella misma quizás no pueda y tan comprensible es, que no son los hombres los llamados a imponerles esta carga que nunca cargaremos (salvo que fueran hombres trans), será cada mujer quien halle en Dios y en ellas la fuerza para hacerlo.
Pero a las mujeres no cristianas, solo puedo decirles ¡su cuerpo es su territorio! No las voy a violentar ni con mi cuerpo, ni con mi credo, no puedo hallar razones para que apoyen mi loca idea cristiana, solo les pido que no cedan a la propuesta fácil, que es  aquella que a los estados y sistemas de salud les salga más barato, ustedes son valiosas y no son un territorio que merezca una paupérrima administración. Adicional, no olviden que todo cuerpo es valioso, todo cuerpo es un territorio que debiera ser protegido en similar equidad y si pudiera liberarles de tan opresiva maternidad y salvar la vida de ese otro ser, encontraría la respuesta ética y práctica buscada.
Por eso mi interés es no juzgar, no las condeno por las cosas que no puedo vivir y por asuntos que son solo “de mujeres”, pero no duden en convertirlos en “de hombres” si ven que podemos ayudarlas, no podría juzgarlas bajo las normas de unos sistemas patriarcales que hasta a Dios lo hicieron hombre, pero les digo no se lo crean, si hay alguien capaz de comprenderlas es Él.
 Ella, “Yo Soy” en su infinita caridad, bondad, amor que acoge y comprende al ser humano, le llama a la perfección, una perfección que emana del amor, la entrega a amarle a Ella y a toda la humanidad en el servicio y la construcción del bien común, del que ustedes tienen más noción y experiencia, pues es una de las pocas cosas buenas que emergieron de los sistemas que las han oprimido; pero bueno, creo que ahora el momento histórico les pide conciencia, libertad y poder de decisión para hacer de estos asuntos de mujeres, asuntos de la humanidad.

Mujer y Biblia
Tan difícil como llamar a Dios, Diosa, sería no negar que los libros que conforman el canon bíblico son excluyentes y opresivos en su mayoría para las mujeres, que la política de género de nuestra Diosa no se vislumbra, que indudablemente Cristo fue hombre y que eso generó y deviene de toda una serie de procesos históricos y culturales donde la mujer fue cosificada.
Pero aun así, el valor del texto como lo he dicho, no es que sea “Palabra de Dios”, es que es parte de esa experiencia de relacionarnos con Dios-Diosa, experiencia no acabada para nuestra especie, por eso a veces y pesar de lo azolapadamente bíblico que suelo ser, recuerdo frases que me parecen importantes…  y hoy cuando pensaba en lo importante que era no cosificarlas a ellas, recordé una frase que durante mucho tiempo me pareció exagerada, esa de “pues yo te digo que si ya le miraste con deseo, ya has estado con él”, esto parafraseándola.
Ahora la comprendo, no como la norma obcecada, sino como la muestra del profundo conocimiento de Diosa-Dios sobre nosotr@s, la humanidad sea cual fuese su género, orientación sexual e identidad, el morbo habita en nuestro corazón, en nuestra mente y espíritu, no va con el cuerpo que miramos sino con la mirada que hacemos y si no lo controlamos cosificara a cada cuerpo, restándole la dignidad que cada ser humano posee. No temamos al cuerpo desnudo sino a quien mirándolo le pone e impone significados… entonces quienes vean así que no impongan vetos, sino que se laven su propia mugre mental.
Conclusión
No es más, todo lo dicho no es necesario repetirlo, solo espero en verdad no haberlas juzgado o condenado, agradezco a Diosa-Dios por la vida de las muchas mujeres que a lo largo del camino han estado a mi lado, pido a Cristo sane sus heridas y redima su existencia cada día, concédeles obrar según el corazón y valores que propones a la humanidad, permítemeles avanzar en el discernimiento de tu voluntad desde sus cuerpos, fortalece los avances científicos que permitan despojarlas de una maternidad opresiva y también las construcciones sociales que las dignifiquen, y comprometan al hombre con esos asuntos “de mujeres”, no para mantener un estado de desigualdad sino para acoger la responsabilidad de la equidad en todo. Dios-Diosa las bendiga siempre, no permitan que sean cosificadas y si que sean un ejemplo para el resto de la humanidad. Amén.
Att

Josue3475 Xue Eclisse

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