Dios bello, hermoso y maravilloso, Amigo o Amiga fiel,
Todopoderoso… reconociendo tu infinita majestad y que estas por encima de todo,
te pido me ayudes a perdonar, a sanar mi corazón de las heridas que envilecen, que
evitan yo pueda escuchar y respetar a quienes no parecen amarme en verdad.
Me inclino a tus pies, yo quiero perdonar y sanar las heridas
que me hicieron quienes dicen amarte y aunque incomprensible a veces parece,
abandonar mi alma en tus manos y aceptar con paz quiero, aun estas diferencias entre hermanos que
siento oprimen y laceran mi corazón.
No es mi interés que ante sus ojos sus vidas sean menos
santas, pero debo confesar que lo que hacen me lastima, esa necedad, esa
incomprensión y esa persecución me afecta, no me queda más remedio que pedirte,
me sanes ese dolor y que a ellos les hagas más justos y santos.
Sana el dolor que me ha dejado ser discriminado,
invisibilizado, vilipendiado, excluido, marginado, insultado, violentado y
desamado por causa de aquellos que promoviendo el Reino de Dios infectan al
mundo con estas actitudes hacia mí. Ayúdame a perdonar su falta de amor,
entendimiento, sabiduría, exceso de ignorancia, prejuicios, violencias y
cualquier otra actitud, pensamiento o sentimiento que colabore con la
desigualdad e inequidad hacia mí y quienes sienten como yo.
Calma esta furia, consuela esta tristeza, abrígame este
corazón desamparado y acógeme cuando mis hermanos cristianos me hieran; en
cambio yo por ellos pido todo bien, el sumo bien y su total entrega a tu voluntad, solo hágase en nuestras vidas.
Nace pues Dios en mi corazón, donde ha quedado vacío de esos
oscuros sentimientos y bendice sus vidas, sus familias, sus labores, su
persona, sus capacidades y habilidades, desata tu espíritu en nuestras vidas y
seamos cristianos por ser cuerpo de Cristo sin importar nuestra denominación o
iglesia, nuestra historia y nuestras diferencias, obra y no dejes de obras pues
tuy@s somos. Amén
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