viernes, 3 de abril de 2009

EL NOMBRE DE DIOS


Las categorías son ficcionales, el hombre necesita apropiar la realidad de tal manera que esta apropiación le sirva para su supervivencia, pero la historia humana nunca ha sido similar en cuanto a las muy diversas categorías con las que se apropia la realidad, se aprende, se conoce y domina, tampoco en sus cosmovisiones, producciones tecnológicas y conocimientos, así ante este devenir y limitación humana, el nombre de Dios no deja de ser tan producto de estos procesos históricos y socioculturales, como su concepción y la religiosidad que lo toma.

Toda relación que implica asignar un nombre o tan solo nombrar, muchas veces esta implicada en un movimiento metonímico que permite reducir un todo a una particularidad, el nombre opera entonces como una clave que permite reconocer que eres tu mas no quien eres tu, esto excepto para quienes consideran y llena los nombres de significados místicos o mas profundos, o para quienes se renombran por razones miles, significando sus nombres.

Los nombres además nos dan una posibilidad y es hablar de lo que no conocemos, yo en mi vida he experimentado estar frente a un león y sin embargo puedo hablar de él, pero lejos esta la experiencia directa relacionada con este evento, nunca he acariciado un león, ni he olido su aliento, ni he sentido su calor, pero puedo decir del león muchas cosas, nombrarlo usando sustantivos, verbos, adjetivos y cuantas otras posibilidades que me da mi lengua, y los conocimientos que sobre el tengo, pero lo máximo que he podido sentir de un león es cuando lo veía frente a un televisor y lo escucha mediado por ese medio de comunicación.

¿QUE ES UNA METONIMIA?

Digamos que es una figura retorica y lógica cuyo principal acción es la sustitución de una cosa por otra, siendo a la que me refiero como movimiento metonímico especialmente, a aquella que sustituye para nominar una parte por el todo, lugar desde donde se enuncian las políticas identitarias. Esta basado en una propuesta de Camila Esguerra Muelle en una compilación llamada “De Mujeres, Hombres y otras Ficciones”.

Ahora aclaremos algo importante para algunos autores esto que llamamos movimiento metonímico es como recurso estilístico, un sinécdoque, que tiene varias variantes como la enunciación de la parte por el todo, el todo por la parte, la palabra mas general por la mas particular, el género por al especie, la especie por el género, el singular por el plural, el plural por el singular, la materia por el objeto, lo abstracto por lo concreto, el signo por la cosa presentada, la especie por el individuo y la antonomasia que designa un nombre común por uno propio o al revés.

También sabiendo que hay diversas formas de metonimia, como aquella que enuncia el efecto por la causa, la causa por el efecto, lo físico por lo moral, la materia por la obra, lo continente por el contenido, lo abstracto por lo concreto, lo concreto por lo abstracto, el autor por la obra, el lugar de procedencia por el objeto, el epónimo por la cosa; y para algunos autores el punto es que la sinécdoque es una forma de metonimia, pero mas allá de esta discusión que es solo una forma de clasificar aun el lenguaje, esto demuestra que nombrar tiene tantas variantes posibles como experiencias de las que se quiere dar cuenta a través de esa nominación.

Es extraño sin embargo , que demos cuenta de una cosa por sus propiedades, por ejemplo, nos queda mas fácil hablar de Dios, que de trino, creador, omnipotente, omnisapiente, omnipresente y eterno, el mero ejerció de enunciarnos así es tedioso, pero no es un ejercicio siempre vano y posible, depende esto de que tanto podemos apropiar del objeto o sujeto al denominamos, esto también implica que podemos condicionar categorías, para seguir con el ejemplo, condicionar las propiedades que damos a Dios, y hasta le asignamos unas nuevas.

CATEGORÍAS PARA LA MEMORIA

Nominar nuestra experiencia nos permite hablar de lo no vivido en la medida en que dejamos constancia en la memoria de estas experiencias, volviendo al ejemplo si yo hablo de Dios como algo trino, omnipresente, omnisapiente, etc., y además añado una serie de categorías como amoroso o castigador a partir de mi experiencia, esto al ser comunicado a otros será ya un presupuesto de su conocimiento de Dios, pero no significa que algún otro haya experimentado esto de Dios, al igual que con el león la experiencia no tiene que ser directa sino puede estar mediada mas allá que tan solo por el lenguaje, el problema es que Dios es quizás una de las pocas cosas que no se comprende si no se vive.

Veamos un ejemplo bíblico interesante y a propósito de un viejo y no muy querido conocido para algunos, hablemos de Pablo, conocido como Saulo, es de todos conocido que este hombre aparece desde el linchamiento público de Esteban, perteneciente a la escuela farisea, perseguidor de cristianos y convencido de servir a Dios por eso, interesante porque solo hasta caerse del caballo, ser cegado por la presencia de Dios, reconocer que le había vivido pudo dar cuenta y con una seguridad increíble de esta experiencia a favor de los cristianos.

No pretendo interpretar el relato, no me interesa lo que significa el caballo o si lo hubo o no, pero este caso es el perfecto para evidenciar el poder que nos da nombrar, categorizar, a la hora de enunciar y producir discurso, es decir podemos hablar y actuar en sentido de algo que no hemos vivido, sin embargo vivirlo puede ocasionar este giro inesperado, como lo puede ser la conversión de un fariseo radical a el mas prolífico de los cristianos dentro de comunidades no judías. Nombrar nos da un poder sobre la realidad y la construye también.

Pero nombrar o categorizar no es solo un ejercicio lingüístico, es un ejercicio ideológico, es un ejercicio práctico, es en todo caso una formación discursiva, apelando a una categoría de Foucault, Pablo era un perseguidor sapiente, apropiado de un conocimiento y de una manera de vivir a esa deidad que parece era compartida con los cristianos y judios, Pablo quien cambia su nombre tanto como su percepción de quienes persigue, uniéndose a ellos, no solo hacia un ejercicio retorico de habla sino también práctico, es decir realizaba acciones que el consideraba eran coherentes con su retorica, que cambian cuando lo vive.

LLAMADO A QUIEN EJERCE UNA SEXUALIDAD Y GÉNERO ES…

Carecemos de una vivencia de Dios desde la mirada del sistema heterosexual, patriarcal y religioso actual por obvias razones como lo son la coerción de a sexualidad dentro de los discursos históricos de las iglesias cristinas, la mirada reproduccioncita de la sexualidad humana, la naturalización de la herosexualidad, el desprestigio de prácticas y ejercicios de la sexualidad o el género dentro de las sociedades que escribieron el texto bíblico y de las que precedieron o fueron contemporáneas del pueblo cristiano, esto en muchos casos por la idolatría (entendida mas bien como la veneración a otra u otras deidades en otros sistemas de creencias), la competencia de discursos religiosos con sus sistemas de creencias y la necesidad de fundamentar y solidificar un sistema de creencias para distinguirlo de otros tanto como para alcanzar diferentes metas como lo fue la evangelización, el poder y otras tantas falacias humanas que tanto nos seducen.

Entonces no queriendo ni proponer un camino, sino dar cuenta del mío propio les contare lo que para mí ha sido el ejercicio de nominación de Dios, tres movimientos se presentaban en mi ser cuando Dios se hacia presente: uno que quería entender a Dios desde la retorica del discurso religioso, teológico y académico; la otra se sentía llamada a escuchar ese diario vivir, ese acontecer no solo en el lenguaje y vida de las personas, sino en la naturaleza, en la historia; el tercer evento es quizás el mas complicado porque era cuando en presencia de Dios me quedaba sin palabras suficientes para hablar de él, todo lo que decía era poco, imperfecto, insuficiente y hasta tonto para poderle definir. Solo el silencio era suficiente solo el estar lo decía todo, esa mutua compañía era lo único decible en ese instante, el único dialogo..

En mi vida Dios se me presento como padre, pero este rol no era bueno, ya estaba degradado por mi dolor, pero la presencia que parecía exceder todo lo posible y considerado como bueno, me inspiro un trato extraño desde la relación más importante e idealizada que tenia, así le propuse a Dios ser mi Amigo, hoy en día se que acepto, as i el primer nombre que tuvo Dios para mi fue Amigo. De ahí en adelante ningún nombre parecía suficiente, hermano, padre, papito, madre, creador, etc., todos eran leves atisbos de lo que Dios era, eran incompletos, pero fue su fidelidad, su obstinación y su pasión para amarme aun mas que yo mismo lo que le llevo a un nombre, mi Amante.

Claro que ejerció dos cosas tal influencia, uno, mi desapego por las categorías madre y padre, o similares, insuficientes para poder decir o enunciar el compromiso de Dios con l@s seres humanos, cosa que me llevaría después a un tercer nombre, pero por ahora solo diré que la otra cosa que me influencia es poder verme como un hombre que pude amar a otro hombre. Había un límite dado por las categorías, definían a Dios como hombre encarnado en Jesucristo, tuve que entender la razón de esta segregación de la mujer, entenderla como un producto humano al que Dios se condiciono y cuyo condicionamiento no ha sido medido realmente, pero esto será para otro texto, el caso es que llamar a Dios Amante es algo homoerótico.

Surge una tercera categoría, para nombrar a Dios, surge del anhelo por estar con Él, de la paz que siento cuando estoy con Él, de su envolvente presencia, de un amor que va más allá de paterno o el materno, más allá de la dicotomía de la heterosexualidad, de la concepción de familia y a la vez lo abarca todo porque lo supera, le digo Hogar, pero la partícula que encontré para significar todo lo que potencialmente puede ser es 家, sin embargo este es mi actual vivencia de Dios, aun tengo mucho que vivir par saber si logra expresar algo de ese silencio que solo admite estar, que es don absoluto.

El llamado de un cristiano no es a creerme, no es a vivir lo que yo viví tal como yo lo he enunciado, no. El llamado de un cristiano es a vivir la experiencia de Dios en su vida, a releer la historia de la salvación a través de su propia experiencia de salvación en Cristo. No es a repetir la categoría o las categorías con que enunciamos a Dios y la experiencia de Él, ineludible para cualquier ejercicio de la sexualidad y el género debido a una agenda aplazada y estigmatizada en esta área de la humanidad, solo redescubrir a Dios mas allá de todo lo humano y más acá con el ser humano es necesario.

Nombrar a Dios ha sido una estrategia humana que justifica los peores males tanto como los peores bienes, poder hablar de Dios es una manera de consolidar las más frías estrategias y justificar los crímenes mas atroces, en cambio vivir a Dios te llevara por rumbos paradigmáticos, no voy a decir cuales, descúbranlos y tengan cuidado con un peligro que hasta a mi me sigue.
Perder la dirección correcta siempre será posible, nunca un verdadero cristiano dejara de ser acosado y seducido, discernir lo uno de otro, aun será mas difícil y lo será mas si es en solitario, apóyense en sus comunidades de vida, pero no dejen que estas le supriman la conciencia, sean cristianos activos y no esperen nada mas allá del don de Dios que es dado para darse y no embriagarse, enajenarse.

Para mi la duda ha sido el camino mediante el cual me he vuelto creyente, ese ha sido el camino, el camino de la pregunta, no se si será para Uds. lo mismo, pero no dejen de buscar a Dios mas allá de la sola categorización, de la sola nominación.


FALSA MORAL CON IMAGENES DE LATTER DAYS